viernes, 20 de mayo de 2011

SENEGAL: entre Pardelas de Cabo Verde, Rabijuncos menor y Págalos polar




En el periodo comprendido desde la última semana de abril y la tercera semana de mayo he tenido la oportunidad de navegar en seis ocasiones dentro de las aguas jurisdicionales de Senegal. Tres han sido las entradas con sus salidas al puerto africano de Dakar y con ello hemos tenido que cruzar sus aguas, otras tantas veces, desde y hasta la frontera con Guinea Bissau.
Las diferencias en cuanto a las aves marinas entre el Sur y el Centro del país han sido muy significativas. En aguas cercanas a Guinea Bissau no he visto grandes diferencias con respecto al resto de fauna ornítica observada en otras zonas, como Guinea Conakry o Sierra Leona, en el mismo periodo de tiempo. Incluso, en estas aguas senegalesas, he llegado a realizar un avistamiento muy interesante de Rabijunco menor (Phaethon lepturus), y donde llamaba mucho la atención la carencia absoluta de otras aves marinas como los Alcatraces (Morus bassanus) o las Gaviotas sombría (Larus fuscus), por ejemplo.

Rabijunco menor (Phaethon lepturus)
Sin embargo a partir de Gambia el panorama cambia rotundamente.
De todos es conocido la querencia que tienen las aves marinas de seguir a los barcos pesqueros. La razón es bien sencilla, los numerosos descartes que se realizan a bordo y que indudablemente las proveen de comida fácil. Sin embargo en los grandes atuneros tropicales no se producen apenas descartes y en caso de realizarse este siempre es de un tamaño demasiado grande para ellas. Así que, salvo en contadas ocasiones, estas no se acercan mucho a los atuneros.
Sin embargo en las ricas aguas de Senegal trabajan una importante cantidad de arrastreros, de todas las nacionalidades y tamaños imaginables, y que sí producen gran cantidad de descartes. Así que aquí las aves marinas sí se acercan a los pesqueros. De este modo en cuanto ven uno no dudan un instante en acercarse y seguir durante muchas horas. Y como no podía ser menos muchas especies nos escoltaron durante buena parte del trayecto al puerto de Dakar. Mi suerte quiso que en una ocasión una veintena de pardelas se sumasen a nosotros favoreciendo una observación envidiable.
Cuando las ví por la aleta de babor, volando casi a la par nuestra, pensé en un primer golpe de vista en Pardelas cenicienta (Calonectris diomedea).

Sí, cenicientas había, pero con ellas otras de similar aspecto pero más pequeñas y en mayor número que también nos escoltaban. Al fijarme con más detenimiento, y para mi asombro, veo que son Pardelas de Cabo Verde (Calonectris edwardsii).

Un oportunidad inmejorable para “babear” con ellas, estudiar su estructura y plumaje, forma de vuelo y como no fundir la cámara a fotos. Menos mal que una hora despues apareció por la mura de estribor un arrastrero en plena faena y se fueron todas a su encuentro. Menos mal, porque ya llevaba una targeta de 8 Gb de fotos y casi iba a por la segunda... como decían mis compañeros gallegos... “saqué fotos sin conocimiento ninguno”.
Cuando están juntas las cenicientas y las de Cabo Verde se ve claramente la diferencia de tamaño entre ellas. Además la cenicienta es ligeramente más cabezona y robusta y su pico grueso y amarillo destaca mucho sobre las demás. También dependiendo de la incidencia de la luz las de Cabo Verde tienen un capirote más marcado y acusado. El vuelo así mismo es ligeramente más nervioso que el de sus grandes primas.
Las diferencias, en cuanto a tamaño, entre las dos pardelas son muy significativas
Una edwardsii junto a un pomarinus

Al rato se sumó una Pardela sombría (Puffinus griseus). Una buena oportunidad para intentar sacarlas juntas y ver la diferencia de tamaño entre las tres especies.
Muchas aves nos fueron escoltando poco a poco. Por lo general volaban junto a nosotros unas millas para luego alejarse de nuevo. Y también muchas fueron las especies que ví por vez primera en esta parte del Atlántico. Entre ellas cabe destacar los alcatraces (Morus bassanus). Llegué a contabilizar cerca de la veintena de ejemplares. Todos correspondían a individuos no reproductores y mostraban una muda muy acusada.
Con tanto arrastrero no podían fallar las gaviotas, aunque sólo vi cinco Gaviotas sombría (Larus fuscus) también por primera vez y desde muy lejos.
Nos cruzamos con unos cuantos de estos barcos. Lo sorprendente es que la gran mayoría de aves que le seguían eran los gigantones charranes real (Sterna maxima). Estas aves no se alejan mucho de tierra. Por eso cuando navegamos a menos de 50 ó 60 km de la costa son relativamente abundantes. Muy ruidosos se nos acercaban mucho al barco.
También resultó ser muy abundante y para mi sorpresa las Gaviotas de Sabine (Larus sabini). Cientos de ellas... se las podía ver posadas o volando en grandes grupos. También comiendo en asociación con otras aves marinas sobre cardúmenes de pequeños peces como los diminutos fumareles común (Chlidonias niger) o los inquietos charranes común (Sterna hirundo) y ártico (Sterna paradisaea). Sin embargo, para finales de mayo ya no se veía ninguna Sabine.
Gaviotas de Sabine (Larus sabini)
Fumarel común (Chlidonias niger)
Charrán común (Sterna hirundo)
El charrán ártico no quiere verse sorprendido por la espalda y siempre está atento. Hace bien
Págalos de cuatro especies... en orden de abundancia... rabero (Stercorarius longicaudus), pomarino (Stercorarius pomarinus), parásito (Stercorarius parasiticus)...
Págalos rabero (Stercorarius longicaudus)
Págalos rabero y pomarino.
Págalos pomarino (Stercorarius pomarinus)
Págalos parásito (Stercorarius parasiticus)

y podíamos pensar en el grande... pero no. Sorprendentemente el cuarto págalo fue un polar de fase clara (Catharacta maccormicki). Lo ví el 6 de mayo y volaba a velocidad de crucero rumbo Norte... nos cruzó a gran velocidad y un poco alejado de nosotros. Las fotos no son de calidad pero creo que el documento lo merece por su interés.

En mayo los Petreles de Bulwer (Bulweria bulwerii) mostraban migración activa al Norte. No seguían al barco, nos adelantaban como mucha facilidad a una muy respetable velocidad de crucero.

Mucho Paíño de Wilson (Oceanites oceanicus), algunos ejemplares ya empezaban a mostrar una muda muy acusada, y nos preguntamos como demonios pueden volar. También otra especie que observo por vez primera en estas aguas... al más pequeño de todos... al inquieto Paíño común (Hydrobates pelagicus). Por último un único Paíño de Leach (Oceanodroma leucorhoa).
Paíño de Wilson (Oceanites oceanicus)

Paíño común (Hydrobates pelagicus)
Paíño de Leach (Oceanodroma leucorhoa)
Así mismo y en estas aguas he sido testigo de varios saltos de Rorcual tropical (Balaenoptera edeni). El primero de estos saltos me pilló de sorpresa. Estaba mirando a la proa y noté algo por el rabillo el ojo... al girar la cabeza sorprendo en el aire y totalmente estirada una ballena. Su pecho rosáceo ya me indicaba que se trataba de un tropical. Tenía la cámara en la mano... pero me quedé sin reacción... de piedra. Son de esos momentos que merece la pena no perder detalle. Estando sobreaviso conseguí un par de instantáneas aunque un poco lejos.
Varias manadas de adultos con jóvenes de Delfín manchado tropical (Stenella attenuata) supusieron un buen colofón.
Ya en Dakar, este puerto está flanqueado por la isla que da nombre a la bahía... Goree. Antaño tristemente famosa por ser el lugar desde donde partían los barcos negreros rumbo al “nuevo mundo”.

Bueno, pues esta Bahía, resultó ser un hervidero de aves. Donde se alimentaban las águilas pescadoras (Pandion haliaetus) junto a miles de aves marinas de hasta quince especies.... y donde disfruté como un “enano”... Gaviotas cabecigris (Larus cirrocephalus), de Audouin (Larus audouinii), picofina (Larus genei), Cormorán africano (Phalacrocorax africanus)... son un buen ejemplo de ellas. Pero eso se merece un monográfico en una próxima entrada...
Un saludete
Gorka Ocio




2 comentarios:

Conry dijo...

Espectacular todo lo que vistes, enhorabuena por las observaciones de aves marinas y cetáceos. Lo de ver al rorcual saltando tuvo que impresionar bastante. Un saludo!

Rafa Romero Porrino dijo...

Vaya envidia Gorke! Un reportaje fantástico, con datos muy interesantes. Enhorabuena.

Un saludo de uno de tus tantos discípulos del Pride.