jueves, 10 de noviembre de 2011

DISFRUTANDO CON LA SEGUNDA BALLENA MÁS GRANDE, EL RORCUAL COMÚN. Sin embargo una plaga silenciosa amenaza a nuestros grandes cetáceos. Ponle freno.


El pasado 9 de noviembre acudía una vez más a una playa de Cantabria una ballena para morir en sus arenas. En esta ocasión ha ocurrido en Santoña. Un ejemplar jóven de cerca de diez metros de longitud llegó agónica a la orilla para morir minutos después.
Por qué llegó hasta allí. Según las fotografías que Máximo Sánchez cuelga en su blog http://elbichu.blogspot.com/2011/11/69-anos-despues.html, la ballena, un Rorcual común (Balaenoptera physalus) aparece extremadamente delgada. A falta de los datos de una posible autopsia parece tratarse del mayor cáncer que hoy en día amenaza a las criaturas marinas. El plástico.
Y es que la mar está infestada de basura. No hay más que navegar un poco por alta mar para comprobar como está todo. Basura de todo tipo. Redes, cabos, botellas, cajas, gomas ó plásticos. Sobre todo muchos plásticos. Plásticos que llegan a tardar más de 150 años en degradarse. Bolsas que se encuentran a merced de las corrientes recorriendo cientos de millas.
Pequeñas medusas junto a más basura en alta mar
Las ballenas se alimentan o bien de bancos de pequeños peces o bien de bálamos de krill. Estos últimos son pequeños camarones que “flotan” en la mar muchas veces a merced de estas mismas corrientes junto a medusas y otros invertebrados. Y son precisamente estas corrientes las que en una maléfica lotería hacen coincidir a estos bálamos con los plásticos. Plásticos traslúcidos y transparentes que asemejan a medusas...
Krill
Medusas a la deriva
Medusa junto a un plástico traslucido
Así que cuando las ballenas se alimentan de este krill, por desgracia y en muchas ocasiones también engullen a modo de “tropezones”, plásticos.
Rorcuales comunes comiendo
Estos en muchas ocasiones obstruyen el tracto digestivo, provocando inapetencia. La ballena deja de tener hambre e inconscientemente deja de comer. Al final y mientras se va debilitando poco a poco queda a merced del ataque de numerosos parásitos y cae irremediablemente enferma... a la espera de su fatal desenlace. La muerte.
Este verano he tenido la gran suerte de disfrutar con muchos avistamientos de ballenas. No hay nada más excitante que ver de cerca el lomo de una gran ballena. El Rorcual común nos ha mostrado en numerosas ocasiones todo su esplendor a escasos metros de nuestro barco. Es muy difícil de explicar con palabras el sentimiento que nos inunda. La piel se pone de gallina, el corazón se acelera y se dispara la adrenalina.
Quien ha tenido la oportunidad de verlas sabe muy bien de lo que hablo, entre ellos las personas que nos han acompañado desde verballenas.com en busca de estos seres maravillosos y que están teniendo la amabilidad de compartir con nosotros algunas de sus fotografías.

Así que me vaís a permitir que intente acercaros este sentimiento con unas pinceladas marinas. Las ballenas de la especie Rorcual común , como la que ha aparecido en Santoña, nadando frente a Santurtzi este verano.
Entre todos podemos protegerlas. Está en nuestras manos el poder seguir disfrutando de ellas.
Rorcual común pasando por debajo del barco
Las Pardelas capirotadas (Puffinus gravis) siguen a las ballenas
Sólo me resta agradecer a Asier Aldalur, Manu Océn, Ainara Orrantia, Oscar Carazo y Mikel Monje la cesión de algunas de las instantáneas para completar esta entrada
Un saludete
Gorka Ocio